Anoche, como prometí, me senté en el sofá para ver -por primera vez en mucho tiempo- una serie en el televisor: el estreno de Una chica de ayer, la adaptación que Antena 3 ha hecho de la británica Life on Mars. Para ser sinceros, la serie me estaba pareciendo un completo acierto hasta el momento del accidente.
¿Por qué daba la impresión de que Samuel viajaba hasta 1977 por un antojo de los dioses? De pronto, todo falla en el coche, justo cuando atraviesa un túnel, y cuando otro coche lo atropella, Samuel es absorbido por una intensa luz blanca. En el piloto original, se oyen las voces de los médicos socorriéndolo, el accidente es producto de la casualidad y, durante el capítulo, se dan explicaciones que dan a entender que el protagonista (Sam Tyler) está en coma. En Una chica de ayer, todo esto se ignora por completo.
A cambio, Antena 3 nos ofrece grandes dosis de sentimentalismo. Las voces que el protagonista oye son producto de sus sueños y suponen una reminiscencia de las últimas palabras de Sonia, su amor. En cuanto al reencuentro con la pequeña Sonia, seguramente tocaría el corazoncito de todos los espectadores, porque en España es más frecuente recurrir a este tipo de fórmulas, y mucho mejor si consiguen provocar alguna lagrimilla en el espectador. No hace falta que diga que nada de esto pasa en la serie de la BBC.
Tampoco Sam mata a nadie, ni siquiera por proteger a su amada, aunque sí oculta una prueba clave que impediría que el asesino saliera en treinta años. En España, se ha optado por aprovechar la Constitución de 1978 y responsabilizar (o culpar, según se mire) a ésta de la abolición de la cadena perpetua. Ignoro si los guionistas lo hicieron conscientemente o no, pero la verdad es que a mí la escena me sonó a propaganda barata por la cadena perpetua, aunque probablemente me sugestionó el que se estuviera emitiendo en Antena 3 y no en otra cadena.
Por último, mi mayor crítica se dirige al título de la serie y a la banda sonora que han utilizado. En la BBC, decidieron llamar Life on Mars a su serie en honor a la canción homónima de David Bowie y a que ésta describía a la perfección el estado del protagonista en un tiempo diferente al suyo, como una vida en Marte. Además, ésta era la canción que Sam estaba escuchando cuando tenía el accidente y que seguía sonando en su viaje al pasado.
En Antena 3, decidieron llamar a su serie Una chica de ayer, en honor a la canción homónima de Nacha Pop y a que el título hace referencia a un pasado. El problema vino cuando se dieron cuenta de que Samuel viaja a 1977 y que la canción pertenecía a los años 80. Claro, era imposible que la estuviese escuchando en su coche. Entonces, decidieron que oyera una canción de Queen que no tenía nada que ver con la situación. Para eso, podrían haber puesto Life on Mars de David Bowie subtitulada (por aquello de entender la letra), que en mi opinión hubiese sido una solución mucho más adecuada.
En definitiva, la serie no tiene mala pinta para lo que acostumbramos a ver en España, pero a este piloto le faltó la fuerza que encontré en el piloto británico, entre otras cosas. Increíblemente, me gustó más la actuación de Antonio Garrido que la de Ernesto Alterio. El próximo domingo le daré otra oportunidad. Espero que no me decepcionen.
¿Por qué daba la impresión de que Samuel viajaba hasta 1977 por un antojo de los dioses? De pronto, todo falla en el coche, justo cuando atraviesa un túnel, y cuando otro coche lo atropella, Samuel es absorbido por una intensa luz blanca. En el piloto original, se oyen las voces de los médicos socorriéndolo, el accidente es producto de la casualidad y, durante el capítulo, se dan explicaciones que dan a entender que el protagonista (Sam Tyler) está en coma. En Una chica de ayer, todo esto se ignora por completo.
A cambio, Antena 3 nos ofrece grandes dosis de sentimentalismo. Las voces que el protagonista oye son producto de sus sueños y suponen una reminiscencia de las últimas palabras de Sonia, su amor. En cuanto al reencuentro con la pequeña Sonia, seguramente tocaría el corazoncito de todos los espectadores, porque en España es más frecuente recurrir a este tipo de fórmulas, y mucho mejor si consiguen provocar alguna lagrimilla en el espectador. No hace falta que diga que nada de esto pasa en la serie de la BBC.
Tampoco Sam mata a nadie, ni siquiera por proteger a su amada, aunque sí oculta una prueba clave que impediría que el asesino saliera en treinta años. En España, se ha optado por aprovechar la Constitución de 1978 y responsabilizar (o culpar, según se mire) a ésta de la abolición de la cadena perpetua. Ignoro si los guionistas lo hicieron conscientemente o no, pero la verdad es que a mí la escena me sonó a propaganda barata por la cadena perpetua, aunque probablemente me sugestionó el que se estuviera emitiendo en Antena 3 y no en otra cadena.
Por último, mi mayor crítica se dirige al título de la serie y a la banda sonora que han utilizado. En la BBC, decidieron llamar Life on Mars a su serie en honor a la canción homónima de David Bowie y a que ésta describía a la perfección el estado del protagonista en un tiempo diferente al suyo, como una vida en Marte. Además, ésta era la canción que Sam estaba escuchando cuando tenía el accidente y que seguía sonando en su viaje al pasado.
En Antena 3, decidieron llamar a su serie Una chica de ayer, en honor a la canción homónima de Nacha Pop y a que el título hace referencia a un pasado. El problema vino cuando se dieron cuenta de que Samuel viaja a 1977 y que la canción pertenecía a los años 80. Claro, era imposible que la estuviese escuchando en su coche. Entonces, decidieron que oyera una canción de Queen que no tenía nada que ver con la situación. Para eso, podrían haber puesto Life on Mars de David Bowie subtitulada (por aquello de entender la letra), que en mi opinión hubiese sido una solución mucho más adecuada.
En definitiva, la serie no tiene mala pinta para lo que acostumbramos a ver en España, pero a este piloto le faltó la fuerza que encontré en el piloto británico, entre otras cosas. Increíblemente, me gustó más la actuación de Antonio Garrido que la de Ernesto Alterio. El próximo domingo le daré otra oportunidad. Espero que no me decepcionen.
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