Crónicas de Tannhäuser: Atrapado en el tiempo

"¿Qué harías si estuvieras en un lugar donde cada día fuera igual y nada importara?"

Phil Connors, Atrapado en el tiempo

“Las películas son interesantes porque están congeladas, no es como ir a ver la misma obra de teatro continuamente donde el actor puede cambiar su interpretación. La película es la película. Está hecha. [...] Nosotros si cambiamos. Así, cada vez que viene la gente a ver Atrapado en el tiempo, llegan con una edad distinta, un momento distinto en el tiempo. Sus circunstancias pueden haber cambiado y pueden encontrar algo diferente en ella.” Así es como me gustaría comenzar, con esta frase de Harold Ramis que resume el espíritu de la película la perfección.

Atrapado en el tiempo es una de esas películas que puedes ver una y otra vez y jamás te cansarás de verla, algo paradójico cuando hablamos de una película basada en un bucle temporal. El creador de esta brillante idea es un desconocido guionista llamado Danny Rubin; de él se podría decir que su carrera empieza y termina aquí mismo, ya que sólo escribió un guión más en toda su carrera, el cual no llega ni de lejos al mismo nivel que el de Atrapado en el tiempo.

Por suerte, Rubin contó con la colaboración del ya mencionado Harold Ramis, un polifacético personaje que tocó la mayoría de palos dentro de Hollywood, desde la interpretación hasta la producción pasando por la creación de bandas sonoras, guionista y realizador de más de una docena de películas, sin embargo, es un personaje mundialmente conocido por su aparición en Los Cazafantasmas como el Dr. Egon Spengler.

El argumento del film no es algo tan original como parece, de hecho, es una historia que se ha repetido a lo largo del tiempo en muchas mitologías como la griega, nórdica o caucásica, aunque fuente proviene de una mitología indoeuropea mucho más antigua. Los ejemplos los tenemos en el mito de Prometeo y Sísifo en Grecia o el de Loki en la mitología nórdica. En todos ellos sucede lo mismo; se castiga a un personaje para toda la eternidad por haber enfadado a los dioses.


En Atrapado en el tiempo nos topamos con un egocéntrico, altivo y arrogante meteorólogo llamado Phil Connors (Bill Murray) que ve como su carrera se está estancando, esto lo paga injustamente con su nueva redactora Rita (Andie MacDowell) y con su cámara Larry (Chris Elliott). El equipo de televisión se dirige a Punxsutawney para cubrir el acontecimiento del Día de la marmota que se celebra cada 2 de febrero. Tras haber emitido las imágenes deciden retomar la vuelta a casa, sin embargo, un gran temporal de nieve hace que se queden incomunicados y les obliga a pasar la noche en la pequeña localidad de Pennsylvania. Curiosamente, Phil se despierta a la mañana siguiente y a medida que transcurre el día se va dando cuenta de que vuelve a ser el Día de la marmota (2 de febrero). Obviamente, no podrá salir del pueblo al seguir estando incomunicado por el temporal de nieve. Esta situación se irá repitiendo una y otra vez haciendo que Phil adopte medidas desesperadas como el suicidio para salir de ese loop sin salida, todas ellas sin éxito. Poco a poco cambia su mentalidad, su manera de ver la vida y decide hacer todo ese tipo de cosas que nunca solemos hacer con la excusa de que no tenemos tiempo: aprender a tocar un instrumento, pasar tiempo con las personas mayores, aprender un idioma o preocuparse por los problemas de los demás. Finalmente, Rita y Phil acabarán por enamorarse y eso hará que el bucle temporal se rompa.

La crítica y el público aclamó la película tras su estreno en 1993 provocando colapsos en muchos cines de EEUU. El film transmite muchísimo, es una historia harto conocida por todos, es algo que siempre nos acompañará. La idea de estar viviendo siempre el mismo día es una sensación que desgraciadamente está muy extendida en nuestra sociedad. Es una película que llega a todo el mundo independientemente de cual sea su cultura o su religión. Como anécdota, tras varios días después de su estreno, un gran número de yoguis y judíos se comenzaron a reunir y manifestar ante las salas de cine con pancartas en las que se leía “¿Estáis viviendo el mismo día una y otra vez?”, haciendo proselitismo desde un punto de vista religioso.


Por otro lado, tenemos a un Bill Murray magnífico, quizás un tanto repetitivo y recreativo en esa postura arrogante y cínica. Resaltaría la química que hay entre él y Andie MacDowell; Murray es tan malvado como encantador con ella, la reverencia de algún modo, en cambio, Andie es luminosa, fina, perfecta y con una sonrisa preciosa, es como la bella y la bestia. Cabe destacar que en un principio Tom Hanks era el escogido para este papel, no obstante, tras ver la película afirmó: “Si yo la hubiera protagonizado, todos hubieran esperado a que me convirtiera en un buen tipo, en cambio, con Murray nunca sabrás como actuará, tiene la capacidad de unir lo desagradable con lo agradable.”

Atrapado en el tiempo nos transmite un mensaje muy positivo, claro y espiritual. El mensaje se basa en el buen karma, en el buen hacer, en preguntarnos si lo que estamos haciendo hoy nos servirá para el día de mañana, en definitiva, así como lo hizo Dickens con el Cuento de Navidad, este film es una limpieza de espíritu, una purga necesaria que no sólo provocará que nos vayan mejor las cosas con los demás sino que hará más tolerable la convivencia con nosotros mismos.

Una rareza.