viernes, 16 de abril de 2010

Crónicas de Tannhäuser: El golpe

“¿Y qué podía hacer? ¿Acusarlo de hacer trampas mejor que yo?”

Doyle Lonnegan, El golpe



Ante todos vosotros está uno de los mejores guiones originales que se hayan escrito, una película hecha sencillamente para entretener y recaudar el máximo de dinero posible, sin aires de grandeza, sin segundas lecturas ni complejos mensajes cargados de moralina. El golpe es una película mítica desde el mismo día en el que se estrenó (en el año 1973), el público se volcó con ella y fue galardonada con 7 Oscars (tuvo la suerte de estrenarse el año siguiente a El padrino y el año antes a El padrino II).

Así pues, me atrevo a afirmar que estamos ante una de las películas más entretenidas que se hayan hecho jamás, una de esas películas que marcan la infancia de uno y lo convierten en un pequeño cinéfilo. Prueba de ello son muchas de las películas que actualmente han estado en las carteleras como 21 Black Jack o la trilogía de Ocean’s Eleven, películas inspiradas en El golpe y que son hijas de su legado con mayor o menor acierto.

Gran parte de culpa la tuvo un iluminado David S. Ward, un desconocido guionista que podría decirse que debutaba con el guión de El Golpe. Su carrera tampoco fue mucho más allá y aún hoy día continúa escribiendo y dirigiendo pequeñas películas de serie B. Lo seguro es que El golpe fue la historia de su vida, gracias a ella logró ganar un bien merecido Oscar ya que gran parte del éxito de este film se debe al magistral guión de Ward.

Tras la cámara tenemos a un hoy desparecido director que siempre se postuló como eterna promesa, su nombre era George Roy Hill y en su haber se cuentan célebres películas como Dos hombres y un destino o Hawaii, films que le situaron como uno de los directores más importantes de finales de la década de los sesenta. Sin duda fue uno de los realizadores con mayor talento, aunque tras dar un rápido vistazo a su breve filmografía, se aprecia que su potencial no fue del todo aprovechado por las grandes productoras. Su estilo, que fluctúa siempre entre la comedia y el drama, apoyado por un gran trabajo de montaje, creó escuela en los setenta y los ochenta situándolo como uno de los mejores directores de “industria”.


Sin embargo, hay muchos factores que intervinieron de manera positiva en esta película, pero antes resumiré brevemente su trama.

Durante la gran depresión (exactamente en 1930) y la época dorada del crimen organizado en EEUU, concretamente en Illinois, se nos presentan un grupo de estafadores que roban una gran cantidad de dinero a un mensajero de un importante capo de la mafia. El capo, Doyle Lonnegan (Robert Shaw), decide tomar cartas en el asunto y vengarse de los estafadores asesinando a uno de ellos. Johnny Hooker (Robert Redford), compañero del fallecido estafador, huye de la ciudad en busca de la ayuda de un conocido estafador, ahora retirado, llamado Henry Gendorff (Paul Newman), que es el único capaz de vengarse de la muerte del compañero de Hooker. Los dos comienzan a mover hilos y contratar a especialistas del timo para consumar su venganza, para ello montan un falso local de juego con la intención de arruinar a Lonnegan, mientras tanto, la policía intentará cazar con las manos en la masa a Henry, para ello amenazarán a Hooker y lo pondrán en su contra. El desenlace prefiero dejarlo en el aire, ya que es uno de los más sorprendentes de la historia del cine.

Como dije antes, el trabajo de montaje estaba perfectamente coordinado con la dirección de Roy Hill, se puede afirmar tranquilamente que el método de dirección está basado completamente en el montaje. La edición, por cierto, fue llevada por un tal William Reynolds, montador de El padrino entre otros (casi nada). El mérito de Reynolds está en conseguir que la película nunca decaiga y siempre nos vaya sorprendiendo, su trabajo es magistral. Dividida en siete capítulos, la película cuenta con uno de los montajes más atrevidos en su momento. Tampoco se ha de pasar por alto el gran trabajo de arte (Henry Bumstead) y fotografía (Robert Surtees), los cuales están sencillamente soberbios.

Capítulo a parte le dedicaría a la música, que cuenta con una preciosa adaptación del tema The Entertainer de Scott Joplin. Para mí, es la pieza que hace que todo el film sea perfectamente redondo y le da coherencia y cohesión a todo el montaje y la trama. La adaptación la hizo Marvin Hamlisch, en aquel entonces un desconocido pero talentoso joven de 28 años, hoy en día, una eminencia del cine y la televisión americanas.


La guinda del pastel siempre debe dejarse para el final, ya que El golpe, no sería la misma película si no contara con una de las más célebres parejas del cine (por no decir la que más), la quintaesencia del star-system, por desgracia uno de ellos nos ha dejado, obviamente hablamos de Paul Newman y Robert Redford. Lo suyo con la cámara es algo único, ya lo habían demostrado años antes con Dos hombres y un destino (dirigida también por Roy Hill). Sus interpretaciones están cargadas de una naturalidad que hacen que la película respire en todo momento, que parezca estar eternamente fresca, que no envejezca con los años y que aún hoy en día nos dibuje esa eterna sonrisa en nuestras caras cuando la vemos. No llegaré a decir que ambas interpretaciones hacen andar toda la película porque estamos ante un film que destaca en muchos ámbitos, pero si es cierto que son la columna vertebral y el porqué del éxito de la película, la buena relación entre ellos se transmite a la pantalla, se palpa en el aire, es algo incontestable, es una de las duplas más maravillosas que nos ha dado el cine.

El golpe son 129 espléndidos minutos llenos de acción trepidante, póker, estafadores, apuestas, puros y coñac de los cuales me cuesta muchísimo sacar alguna pega. Las que hay (que las hay), son tan pequeñas y remotas que hacen que sea innecesaria su mención, por lo tanto me limito a recomendaros que a los que no la habéis visto, le echéis un vistazo tranquilamente, cualquier día a cualquier hora y que os dejéis llevar, porque estoy seguro que tras verla se habrá convertido en una de vuestras películas favoritas.

Let's play.



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