martes, 20 de abril de 2010

Crónicas de Tannhäuser: 2001: Una odisea del espacio

“Estoy completamente operativo y todos mis circuitos funcionan perfectamente”.

HAL 9000, 2001: Una odisea del espacio


Y llegó el día en el Kubrick
creó un mito, una película que se introdujo en la historia del cine y en la cultura popular nada más haber sido estrenada, un símbolo inconfundible del siglo XX. La película fue un éxito de taquilla, no obstante, nadie lograba comprenderla y estoy seguro de que más de la mitad de los espectadores salieron del cine con la sensación de que les habían tomado el pelo. En un alarde de osadía, Kubrick dirigió una película en la que se olvidó del argumento y del mensaje, una película que parece no querer aclararnos nada, estructurada en cuatro segmentos inconclusos y aparentemente inconexos entre sí, “No me importa hacer un film sin argumento”, palabras del mismísimo Kubrick.

Rebobinemos a 1966, año en el que comienza el rodaje de 2001: Una odisea del espacio. El argumento de 2001 (por acortar el título) está basado en un cuento de Arthur C. Clarke llamado El centinela. En el texto se habla sobre un extraño artefacto de origen alienígena situado en la superficie lunar eones atrás, con el fin de encontrar vida inteligente en el espacio, al hacerlo, enviará una señal a través del universo. Kubrick, entusiasmado con la novela corta de Clarke, decidió adaptarla a la gran pantalla con la ayuda del novelista. La relación entre ambos se fue desgastando a medida que pasaban los días y Clarke observaba que Kubrick no tenía ninguna intención de ser fiel a la obra, cosa que Clarke aceptó con la condición de que se mantuviera el final de la novela, a lo cual el director estuvo completamente de acuerdo.

El rodaje duró dos años, concretamente desde el 66 hasta el 68. Kubrick, seguramente junto con Orson Welles, fue el director que más ha forzado a la industria cinematográfica, prueba de ello lo encontramos en toda su filmografía. Para 2001 se centró en el uso de nuevos objetivos (al igual que con la mayoría de sus proyecciones) de alta luminosidad y casi totalmente circulares (sobre todo para las secuencias de la nave). También hay que contar con un trabajo monumental en la dirección artística y en la distribución de planos en la nave, donde hay planos al revés, esferas que se mueven y simulan que el personaje camina por el techo, en fin, multitud de trucos y recursos que le dan a la imagen una personalidad y un estilo propios. Por otro lado, gracias a su colaboración con la NASA, Kubrick consiguió ser my fiel científicamente hablando; desde los movimientos en gravedad cero hasta respetar el silencio del espacio (camuflado por la música). Sentenciaré este párrafo con la afirmación de que 2001 fue un avance de dos décadas en lo que a efectos especiales y técnicas cinematográficas se refiere, sin duda, revolucionaria.

Seguramente Kubrick sintiera que estaba haciendo algo realmente grande, que estaba acariciando el cielo, es más, creo que se sentía como uno de los simios de la película al tocar el desconocido monolito venido del espacio. El hecho es que se comenzó a distanciar completamente de Clarke y pululó por su cabeza la idea de no respetar el mismo final de la novela (rodó como unos 6 distintos), de hecho, no respetó muchas cosas de la novela. Por ello, el director prohibió a Clarke que distribuyera el libro que había escrito basándose en el guión de la película (del mismo nombre por supuesto), en el cual había un final completamente distinto al que tenemos en el film con un carácter mucho más explicativo y esclarecedor.

Así pues, la película fue estrenada en 1968 convirtiéndose en un éxito (más bien exitazo) de taquilla. Curiosamente, no era una película del agrado de todo el mundo y rápidamente reclutó un ejército de defensores y detractores del film.



La estructura se divide en cuatro bloques
. En el primero (El amanecer del hombre) se nos presenta la vida de un grupo de primates que conviven pacíficamente hasta que uno de ellos es atacado por un leopardo. Durante Un buen día descubren un misterioso monolito rectangular y perfectamente tallado ante el asombro del pequeños grupo de primates. Poco más tarde comienzan a disputarse el territorio con otros primates hasta que uno de ellos, tras encontrar el esqueleto de un animal, descubre que los huesos pueden servir como arma. Al día siguiente, matan al líder de la otra tribu y les arrebatan el territorio. Nuestro peludo protagonista, exultante, lanza el fémur con el que ha matado a su enemigo al aire y protagoniza la elipsis más larga de la historia del cine, nada más y nada menos que 4 millones de años.


En el segundo bloque (titulado TMA-1) se nos presenta al Dr. Floyd (William Sylvester) tras una preciosa secuencia en la cual observamos una coreografía espacial entre dos naves con el Danubio Azul de Johann Strauss (hijo) de fondo. Tras el alunizaje, el Dr. Floyd descubre que ha sido enviado a la Luna para hacerse cargo de la investigación sobre el monolito, el cual se resiste a cualquier tipo de análisis.


Tras ello, nos vamos al archiconocido tercer bloque llamado Misión a Júpiter. En este bloque nos introducimos en una nave de última generación controlada por un superordenador llamado HAL 9000 (Douglas Rain) que se dirige a estudiar el monolito en Júpiter y está comandada por el Dr. David Bowman (Keir Dullea). Su increíble inteligencia hace que razonando por si mismo y desarrolle la capacidad de mentir hasta el punto de intentar acabar con toda su tripulación.

Finalmente la película termina con un último y psicodélico bloque (Júpiter y más allá del infinito) en el cual Bowman llega a Júpiter. Una vez allí experimentará un viaje en el cual será testigo de todas las etapas de la vida, terminando por tomar forma de feto y flotar por el espacio (suele pasar).

Fuera de bromas, en mi opinión creo que Kubrick se olvidó de lo que tenía que contar, de hecho, creo que siquiera quiso contar nada de lo que inicialmente estaba escrito embriagado por lo que estaba consiguiendo a nivel visual. El descontento popular vino a raíz de que la película carecía de un significado claro y una estructura clara y lineal. No obstante, no creo que se le hayan de buscar los tres pies al gato, 2001 es lo que es, una película que se ha de disfrutar y que si habla de algo claramente es de la relación entre el hombre y el universo, lo demás son hipótesis.

La película no se explica, se siente”, dijo muy acertadamente José Luis Garci o también, “Un estudiante de universidad escucha los Beatles en su cuarto al igual que un camionero lo hace por la carretera. Su intelecto es distinto pero comparten el mismo sentimiento”, esta de Kubrick.



Con estas últimas dos citas me gustaría ahondar en el tema de que por primera vez nos topamos con una película que podría disfrutarse incluso con los ojos cerrados, un film íntimamente ligado a la música. Su ritmo, idóneo para la oscuridad y el silencio de una sala de cine e inadecuado para una pequeña pantalla de televisión, nos invita a relajarnos, a dejarnos llevar con los sinuosos movimientos de las naves orbitando alrededor del planeta Tierra. Un film al servicio de la música.


No hace falta hablar de la increíble belleza de sus imágenes sino del concepto de cine como portador de lo maravilloso. El peso de sus imágenes serían comparables a películas como Blade Runner o Legend, aunque actualmente podríamos compararla con recientes producciones como The Lovely Bones, eso sí, salvando todas las diferencias y sin llegar a ser tan naïf (Kubrick es un antónimo de naïf).

2001
es una película única, rara en su especie, seguramente, hoy no tendría cabida dentro de la estancada y cerrada industria cinematográfica (tampoco digo que antes no lo estuviera). Solamente un loco como Kubrick podría conseguir la hazaña de hacer una película tan inconclusa, extraña e inconsistente y a la vez lograr colocarla en Olimpo del celuloide. Siempre tendremos que alzar la mirada para observar esta inalcanzable y fabulosa obra maestra del cine.


Una película para el goce de los sentidos.


1 comentario:

Anónimo dijo...

El monolito es una señal, dirigida a la humanidad, significa que el hombre está preparado para dar un nuevo salto de la conciencia. El anterior ha sido cuando el simio toma conciencia de su poder sobre otras criaturas y comienza su evolución hacia el homo sapiens. Las imágenes del protagonista convertido súbitamente en anciano y posteriormente en feto humano, significa, en algunas tradiciones espiritules que el ser, en su búsqueda interior, primero muere, simbólicamente, y luego vuelve a renacer (de ahí el simbolismo del feto)el ser renace, luego de un convulso viaje que le transforma y donde adquiere sabiduría y conocimiento, y "renace" para ser alguien con una conciencia nueva y muy superior.

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