Boardwalk Empire ha conseguido elevar, en su primera temporada, el nivel de calidad de la ficción televisiva. El 20 de septiembre se estrenaba en HBO su episodio piloto, dirigido por el mismísimo Martin Scorsese, productor también de la serie. Un solo capítulo bastó para que la cadena estadounidense se decidiese a renovar la ficción creada por Terence Winter (Los Soprano) y nosotros lo agradecemos.
El pasado domingo se emitió el último capítulo de esta primera temporada en Estados Unidos. Recordemos que Boardwalk Empire se sitúa en la América del inicio de los años veinte con la instauración de la Ley Seca. Enoch "Nucky" Thompson, el tesorero de Atlantic City está dispuesto a sacar beneficio de ello, ejerciendo por igual de político y gángster y manejando los hilos de este lugar de vacaciones situado al sur de Nueva Jersey.
Durante doce capítulos, Boardwalk Empire nos ha ofrecido un exquisito retrato de los felices años veinte que vivió la sociedad norteamericana. Mezclando realidad y ficción, nos hemos acercado a figuras reales como las de Al Capone, Johnny Torrio o el republicano Warren G. Harding, presidente de los Estados Unidos entre 1921 y 1923, porque si algo nos ha permitido esta serie ha sido ver las dos caras del poder en aquellos años; la cara del político y la cruz del gángster y la corrupción, sin olvidar, claro, que hablamos siempre de la misma moneda.
Con el ritmo propio de una serie de un canal de cable, nos introducimos poco a poco en una historia que existía mucho antes de que entrásemos en ella como espectadores y vamos conociendo a los personajes. Al principio, estamos un poco aturdidos y nos perdemos ante tanta información, como quizás nos ocurría a muchos con The Wire, pero igual que con ésta, al terminar la temporada nos damos cuenta de que lo hemos comprendido todo y que los personajes que nos eran desconocidos y que parecían asustarnos, por ser extraños, son humanos y tienen temores, debilidades, pero son también ambiciosos, avariciosos, llenos de rencor, o lo que es peor, con ganas de venganza. Están bien construidos y son complejos.
ATENCIÓN, SPOILERS. Si no quieres saber absolutamente nada de la primera temporada de Boardwalk Empire te recomendamos que os saltéis los siguientes dos párrafos.
¡Qué gran final ha tenido Boardwalk Empire, al más puro estilo de El padrino, con discurso de fondo y la muerte de los hermanos D'Alessio! Y no sólo eso. Los republicanos llegan al poder y la influencia de Nucky llega más lejos de lo que incluso nosotros, conocedores ya de su fuerza, podíamos imaginar, pero es difícil mantener contento a todo el mundo, a pesar del dinero. Su propio hermano se revela contra él, desde la sombra, y también lo hace Jimmy, su protegido.
Los dejamos conversando, ajenos ya a su cuál será su plan, y mientras tanto los republicanos celebran su victoria. Margaret, quizás el personaje que más haya cambiado desde el inicio de la serie, se presenta ante Nucky en la fiesta y sí, bebe champán. Atrás queda su lucha contra el consumo de alcohol, se ha convertido en la perfecta pareja para el tesorero de la ciudad, capaz de persuadir a las mujeres respecto a su recién adquirido derecho al voto, de intercambiar favores por vestidos y de negarse a recibir un trapo en el pastel. Margaret se ha dado cuenta de que tiene más poder estando al lado de quien lo tiene todo.
Boardwalk Empire nos introduce en un mundo en el que la raza empieza a dejar de ser importante, aunque todavía lo sea; las mujeres conquistan derechos, a pesar de que los hombres jueguen con ellos; París es la ciudad soñada, con todo lo que ello conlleva, y el mundo empieza a ser otro.
FIN DE LOS SPOILERS. Podéis seguir leyendo con tranquilidad.
De los actores, podríamos decir mucho y, sin embargo, no nos extenderemos. Gran trabajo, por supuesto, de Steve Buscemi, que defiende con maestría el papel protagonista, pero también del resto del elenco. Ninguno de los que interpretan los papeles principales falla y el casting no podría haber sido mejor. Michael Kenneth Williams, Michael Pitt, Kelly MacDonald, Jack Huston o Michael Shannon son sólo algunos de ellos.
Y así dejamos esta primera temporada de Boardwalk Empire. Los bandos se van definiendo y ya veremos qué nos aguarda el próximo otoño, pero estamos seguro de que habrá mucho que hablar. Os recomendamos que la veáis ya, si aún no lo habéis hecho, y nos despedimos, no sin antes mencionar (porque lo merece) el excelente trabajo del director Timothy Van Pattel (responsable de cuatro de los episodios y de otros de series como Los Soprano, The Pacific, Roma o The Wire) y la magnífica producción de esta serie. Decoración, vestuarios, música... nada tienen que envidiar a las grandes producciones de cine y consiguen trasladarnos a esos felices años veinte.
1 comentario:
Me alegro de que os haya gustado, de momento he visto sólo la mitad de los capítulos y me está encantando.
¡Saludos!
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