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domingo, 5 de agosto de 2012

(Crítica) Prometheus, entretenimiento desde el absurdo


Ayer me fui a ver Prometheus y lo hice casi sin acordarme de Alien, sin ser una seguidora acérrima de Ridley Scott y con el preaviso de varias críticas negativas hacia la película. En resumen, entré en la sala con unas expectativas muy bajas y con la pequeña ilusión de que Prometheus me sorprendiera. ¿Lo hizo? Sí, para mal.

Un grupo de científicos llega a un remoto planeta con el objetivo de encontrar respuesta al origen de la vida en la Tierra o, mejor dicho, a los creadores (a.k.a. "ingenieros") de dicha vida. En realidad, Prometheus resulta ser la típica película apocalíptica llena de tantos tópicos que el guión bien podría haber servido para una parodia al más puro estilo de Scary Movie y similares. Parece que Damon Lindelof y John Spaihts hicieron un listado de todos los ingredientes que este tipo de películas deben tener, los introdujeron en la batidora y obtuvieron Prometheus como resultado.

El principal problema de Prometheus es, sin lugar a dudas, su guión. La superficialidad de sus personajes obstruye toda posibilidad de generar una mínima empatía y nos da exactamente igual lo que le ocurra a cada uno de ellos, porque no llegamos a conectar con ninguno, ni siquiera con su supuesta protagonista. A los guionistas se les olvidó sembrar determinadas cuestiones que quizás ayudarían más al espectador a comprender sus estados emocionales. /SPOILER ALERT/ ¿Se puede saber a qué viene ese espectacular enfado y esa susceptibilidad cuando Charlie le habla a la Dra. Shaw de la creación de la vida? Ah... que no puede tener hijos... ¿y por qué no me lo mencionas antes y así percibo como se siente ella antes de que monte el pollo que monta? (por ejemplo) /FIN DEL SPOILER/


El resto de personajes no son más que estereotipos que, como tales, no evolucionan: el pasota, la jefa reprimida a la que le falta el All-Bran de la mañana, el capitán entregado a nave, los dos colegas forever friends-si tú saltas, yo salto... y claro, así el único personaje que realmente consigue transmitir algo es David, aunque el mérito total es de Michael Fassbender. El actor consigue atraer todas las miradas cuando está en pantalla (y no solo por los recuerdos que nos trae de Shame) y que consigue dotar a su personaje de la profundidad que Lindelof y Spaihts no supieron darle.


Sin embargo, no todos los problemas del guión de Prometheus radican en los personajes. No, de ser así quizás podría tener cierto pase, pero si quieres hablar de fe utilizando una base científica, toma como ejemplo a Contact y hazlo bien. Partimos de la idea de que la Dra. Shaw y compañía son científicos. Sin embargo, lo que la mueve es una fe ciega. Los personajes que menos creen, son los primeros en pasarlo un poquito mal (y no me digáis que esto es spoiler, que no he contado nada).


Prometheus gira en torno a la fe de Shaw y no alrededor de los aliens, éstos no son más que una excusa. La chica podría estar buscando extraterrestres o piedras en un río, que el elemento espiritual se continuaría repitiendo hasta la saciedad en un guión como éste. "¿No deberías quitarte la cruz?" "¿Todavía sigues creyendo?" "Devuélveme mi cruz". No, hija, no, cruz es la que nos cae a nosotros contigo. Ella, al igual que su padre, "decide creer" y ése es su impulso durante toda la película. ¿Por qué me irrita? Porque lo repiten tantas veces que acaba cansando y el mensaje deja de ser efectivo. Por supuesto, todo comienza el día de Navidad y acaba con el inicio del año de gracia 2094 (WTF?). Y no, no es casualidad.

A todo ello hay que sumarle, además, lo previsible de su guión. /SPOILER ALERT/ ¡Qué sorpresa, Shaw está embarazada! ¡Vaya, si el abuelete es el padre de la Charlize Theron! ¡No me digas que el abuelo estaba vivo! /FIN DE LOS SPOILERS/

Por lo demás, buen hacer de Ridley Scott como director, impacto visual y demás aspectos positivos que se han destacado en otras críticas. No entraré en las incoherencias que otros, que saben más que yo sobre Alien, encuentran entre esta película y sus predecesoras y tampoco me sirve como excusa que ésta sea la primera de una nueva trilogía. Como film independiente de todos los demás, Prometheus carece de pies y cabeza, todo se soluciona demasiado rápido y el Deus Ex Machina, también conocido como "esto pasa porque sí", es el verdadero rey de este título. A mí se me quitan las ganas de ver Prometheus 2, cuyo estreno está previsto para 2015, pero oye, seguro que se llenan las salas. Otra cosa no, pero al menos Scott consigue que no te aburras con su película y eso ya es un pequeño punto a su favor.

domingo, 1 de julio de 2012

The Newsroom, un piloto inmejorable

He tardado casi una semana en escribir mis impresiones sobre el piloto de The Newsroom, el cual tuve la suerte de ver el pasado martes en pantalla grande gracias al preestreno que organizó Canal Plus España y el sorteo de entradas de La Parabólica. Esta noche se emite el segundo episodio en HBO y, antes de adentrarme de lleno en la serie con él, quería ordenar mis ideas respecto al primer capítulo.

The Newsroom es la nueva serie de Aaron Sorkin, guionista y creador de Sports Night, Studio 60 y la archiconocida The West Wing (en español, El ala oeste de la Casa Blanca), así como de la película La red social. Cualquiera que haya visto alguna producción de Sorkin puede tener una idea aproximada de lo que se encontrará en este nuevo proyecto para HBO. Sin embargo, parece que a muchos les ha chocado encontrarse con personajes tan perfectos que no titubean en ninguna de sus frases. Sí, lo sabemos, sus diálogos no ofrecen ninguna expresión de duda y sus personajes están más de seguros de sí mismos de lo que cualquiera de nosotros lo estaremos alguna vez en nuestras vida. Que sí, ¿y qué? Eso es Aaron Sorkin y lo conocemos de sobra. Una vez superado esto, sigamos adelante.


La serie comienza con una escena frenética que consigue atraparnos desde el primer momento y que nos gana como fieles espectadores con el estremecedor discurso de Will McAvoy (Jeff Daniels). The Newsroom nos ofrece un ritmo trepidante en el que se mide cada detalle al milímetro y que nos permite pasar más de una hora pegados a la pantalla sin darnos cuenta de que el tiempo pasa. Quizás es en el segundo acto en el que el ritmo se estabiliza desciende y nos hace consciente de los minutos, pero a Sorkin se lo perdonamos por el magnífico diálogo entre McAvoy y Mackenzie (su segunda de a bordo) y sus referencias a Don Quijote.

Y a todo esto, ¿de qué trata The Newsroom? Pues es un mundo en el que el periodismo es una de las carreras peor valoradas, Sorkin se atreve a hacer de él el eje central de su nueva serie. Will McAvoy es un periodista que se debe a sus audiencias pero a quien todavía le queda, en el fondo, parte de ese idealismo romántico por el que la mayoría nos iniciamos en este mundillo. Será Mackenzie quien consiga sacarlo a la superficie y juntos se conforman como el equipo perfecto para devolverle su dignidad al periodismo. ¿Demasiado irreal? Lo sé, queridos cínicos, hablamos de ficción, no de un documental.


Sorkin, además, no tiene vergüenza en mostrar su ideología (¿por qué debería?) y tratar los temas desde su punto de vista, temas que además son reales. The Newsroom se sitúa en 2010 y en su primer episodio trata el desastre de BP en el Golfo de México. Eso sí, todo visto desde la trastienda, por lo que nos gusta aún más.

De momento, tan sólo llevamos un capítulo y es, posiblemente, el mejor piloto que hemos tenido esta temporada. Yo confío en que Sorkin sepa hacer de The Newsroom un nuevo The West Wing, aunque es pronto para afirmarlo. Lo que seguro que podemos esperar es que la firma de Sorkin continúe latente en cada episodio y eso significa diálogos de gran fuerza y personajes bien construidos. A la mayoría de ellos los conocemos ya, por cierto, algo díficil de conseguir en ocasiones en tan pocos minutos de acción. Ahora sólo nos queda esperar cómo los hace evolucionar Sorkin. Por lo demás, siéntense y disfruten de The Newsroom. A España llegará el 11 de septiembre en Canal Plus.

martes, 26 de abril de 2011

¿Es tan buena The Walking Dead?

¿Recordáis nuestra crítica de The Walking Dead? Pues igual que en su día la alabamos, si reflexionamos un poquito más sobre ella y nos deshacemos de la influencia de la oleada de críticas positivas que siguió a su estreno, nos damos cuenta de que...



Subtitulado por @jose_f_ortuno

jueves, 13 de enero de 2011

Crítica | "Carne de neón", de Paco Cabezas

El próximo 21 de enero se estrena en España Carne de neón, la última película del director sevillano Paco Cabezas, quien debutó en el largometraje en 2007 con el título Aparecidos y dirigió su primer corto en el año 2000 con Invasión travesti, de la que ya hablaremos otro día. Nosotros tuvimos la oportunidad de ver Carne de neón, con Mario Casas como protagonista, en el Festival de Sevilla, pero hemos querido esperar hasta su llegada a los cines para hablar de ella.

El film Carne de neón fue concebido, inicialmente, como un cortometraje que ya compartimos con vosotros a mediados de diciembre. La mayor diferencia en el reparto, tal y como os contábamos entonces, la marcaban los actores que interpretaban a Ricky y a Pura. Mientras que en el cortometraje fuero Óscar Jaenada y Victoria Abril los encargados de darles vida, en el largo han sido Mario Casas y Ángela Molina sus sustitutos. Otros, como Vicente Romero, Dámaso Conde o Macarena Gómez, repiten en ambas producciones.
La historia se centra en Ricky, un joven criado en un entorno de delincuencia y que vive rodeado de prostitutas, yonkis y chulos, cuyo único sueño es el reencuentro con su madre Pura encarcelada cuando tenía sólo 12 años. Para su salida, Ricky le tiene preparado un regalo muy especial: un club de alterne que su madre pueda regentar para, así, dejar atrás su pasado como prostituta.

No volveremos a repetir la gran influencia de Guy Ritchie o Quentin Tarantino que se percibe en la cinta, ya que creo que han sido uno de los elementos más reiterados en las críticas a esta película. Sin embargo, es cierto que el mayor peso del film radica en su extraordinario ritmo, que no deja respirar ni un segundo y consigue mantener la atención constante del espectador, y su magnífico trabajo visual, que potencia lo anterior.

También el guión es importante, claro está, y Paco Cabezas consigue mezclar el humor con el thriller y el thriller con el drama sin que ninguno de los géneros rechine junto al otro, por lo que es fácil que como espectadores pasemos de la risa, a la sonrisa y de ésta a la tensión de plano a plano y casi sin enterarnos.
La buena dirección de Cabezas se percibe, además de en las trepidantes escenas de acción que se rodaron, en la compenetración de un elenco de actores que, a priori, puede parecer demasiado abultado, pero que cumple su misión. Aún así, frente al excelente trabajo de Ángela Molina, quien parece imposible que decaiga como actriz, Vicente Romero como el inolvidable Angelito, o de Dámaso Conde con su Infantita, flojean Mario Casas y Blanca Suárez, quienes demuestran estar muy por debajo de la media de sus compañeros. Las mejores escenas son las que ellos no protagonizan y sus personajes son los menos carismáticos, aún cuando Casas es el personaje principal del film. Una pena que se pase toda la película tratando de imitar la cara de enfurruñado de Juan José Ballesta.

Con todo esto, os recomendamos que la semana que viene no dejéis pasar la oportunidad de ver Carne de neón en el cine y lamentamos su ausencia en los Goya, porque sí, Carne de neón es cine comercial español, pero en esta ocasión es buen cine comercial.

miércoles, 5 de enero de 2011

"The Walking Dead", la sorpresa zombie de la temporada (crítica)

Entre los estrenos de la temporada en Estados Unidos, son pocos los títulos que han conseguido destacar. La publicidad constante que se le dio a Boardwalk Empire, por ejemplo, provocó la decepción en muchos de sus espectadores, que acabaron abandonando la ficción protagonizada por Steve Buscemi. Aún así, nosotros seguimos hasta el final y para nada nos arrepentimos. Es una gran serie.

Con mayor discreción se estrenó en la AMC la serie The Walking Dead, protagonizada por Andrew Lincoln y que supuso el regreso de Sarah Wayne Callies (Sara Tancredi en Prison Break) a la televisión estadounidense. Enseguida se sucedieron las buenas críticas en medios especializados y usuarios que volcaban sus impresiones a través de blogs y redes sociales, y también las nominaciones a los Globos de Oro. Sabíamos que teníamos que verla, pero había algo que nos lo impedía.
¿Una serie de zombies? Quienes nos sigáis ya os habréis dado cuenta de que el género del terror o la ciencia ficción no es, precisamente, uno de los que más sigamos, así que a pesar de saber que era una de las mejores series de la temporada, no nos animábamos a empezarla. Sin embargo, cuando lo hicimos ya no pudimos parar y nos tragamos sus seis capítulos casi del tirón, porque eso sí, su primera temporada ya ha terminado y, aunque ya está renovada para un segundo año, son menos de seis horas las que ahora nos ofrecen.
The Walking Dead es mucho más que una serie de zombies, es una historia en la que priman los conflictos de los personajes y el desarrollo de los mismos, aunque todo ello aderezado con buenas dosis de sangre, tripas y muertos vivientes. Que nadie se lleve a engaños, The Walking Dead es una serie del cable y ello implica que sea diferente (también mejor, para nuestro gusto) a las de los canales en abierto. La violencia es más explícita, el ritmo es diferente. No es lenta, pero se detiene en los detalles.

De hecho, lo hace tan bien, que nuestra atención no decae y, como os decía al principio, consigue mantenernos enganchados durante horas. Me atrevería, incluso, a decir que ver un solo capítulo sabe a poco, a pesar de que en esta condensada primera temporada han sabido transmitir suficiente información como para que conozcamos a los personajes, los apreciemos, temamos por ellos y queramos saber más y más
Una de sus bazas es que, además, consigue gustar sin caer en preguntas sin respuesta ni misterios por resolver. Hasta el último capítulo no nos planteamos por qué ha ocurrido todo ni qué va a pasar de ahora en adelante. Nuestros intereses cambian con cada capítulo: ¿Qué ha pasado? ¿Cómo se salvará Rick? ¿Encontrará lo que busca?... y así llegamos al final, donde la primera temporada se nos hace corta y necesitamos saber cuándo volverá.

De momento, no hay fecha prevista, pero en España comenzará a emitirse en abierto gracias a La Sexta a partir del próximo martes 11 de enero. Dicen que el doblaje no es muy bueno y que las prisas por tenerlo terminado cuanto antes se notan, así que como siempre nuestra recomendación es que la sigáis en versión original, pero sobre todo que le deis una oportunidad. Su atmósfera gris lo merece.

Por cierto, The Walking Dead se basa en un cómic del mismo nombre que no es necesario haber leído para que te guste la serie, aunque probablemente querrás conseguir tras verla.

martes, 4 de enero de 2011

Por qué deberías ver "Community", crítica de la serie de la NBC

Mucho cine y pocas nueces. En los últimos días, hemos despedido el año con un amplio repaso del cine que se ha estrenado durante el 2010 y también hemos mirado hacia el futuro para adelantaros algunas de las principales películas que llegarán a nuestras salas en los próximos meses, con especial atención a 127 horas y También la lluvia, que se estrena mañana. Ya era hora de que volviésemos a hablar de series y, ¿qué mejor que hacerlo con la recomendación de una de las mejores comedias actuales, Community?

La serie, creada por Dan Harmon, supuso una de las novedades de la NBC la pasada temporada (hablamos ya de otoño de 2009, suena lejano) y, aunque en principio su argumento no nos llamó especialmente la atención, las buenas críticas que habíamos leído en Internet nos animaron a darle una oportunidad y nos gustó tanto que el otro día la incluíamos como una de las mejores comedias de 2010.
Community se centra en un grupo de estudiantes de primer curso de la Universidad pública de Greendale que se unen para estudiar juntos Español, una asignatura impartida por el inigualable Señor Chang. Así tenemos a Abed, un fanático del cine y las series de televisión; Troy, el quarterback de su instituto; Shirley, madre recién divorciada; Annie, una empollona que tuvo problemas con las pastillas; Pierce, quien cree ser más joven de lo que es; la bien intencionada Britta y Jeff Winger, un abogado al que revocaron su licencia. Tampoco podemos olvidar al decano de la Universidad, ¡incomparable en sus esfuerzos por hacer de Greendale una universidad de verdad!

Sin embargo, Community es mucho más que eso y a cualquier seguidor del cine y la televisión estadounidense le debería gustar, ya que las referencias a la cultura pop son constantes, especialmente de la mano del personaje de Abed, que vive la realidad como si fuera una serie de televisión y trata de entenderlo el mundo a través de lo que la televisión le ha enseñado. Por eso, cuando tiene que ligar, toma la personalidad de Don Draper (Mad Men) y es frecuente que compare la relación de Britta y Jeff con la de Rachel y Ross (Friends) o que pida que, por favor, determinado capítulo no se centre sólo en él o sea un episodio embotellado.

Además, cabe destacar la gran calidad del elenco de actores, entre los que se percibe un alto grado de amistad. A pesar del humor exagerado de algunas tramas, todos ellos consiguen hacer creíbles a sus personajes y, de un modo u otro, acaban gustando. Sería imposible prescindir de cualquier de ellos porque se complementan y todos nos son necesarios.

La amistad de Abed y Troy, que protagonizan los finales de casi todos los capítulos, es otro aliciente a tener en cuenta, ya que juntos nos han ofrecido algunos de los grandes momentos de esta serie. Por supuesto, ¿cómo olvidar el rap que inventan para aprender español o su programa sin cámaras de las mañanas?, pero si tuviera que quedarme con una escena, quizás sería ésa en que ambos hablan como Batman.

Os lo aseguro: Community es una serie que no os decepcionará, especialmente cuando supera sus primeros capítulos, empieza a coger el ritmo y nosotros nos sentimos más conectados a sus personajes. Ahora que la conozco, me gusta mucho más que Modern Family y mira que ésta es buena.

Si todavía os faltan razones para ver esta serie, os diré que en su primera temporada Community nos regaló uno de los mejores capítulos del año con su revisión al cine bélico y de acción en Modern Warfare (S01E23), donde el campus se convierte en una batalla campal de paintball. Os dejo con una de las magníficas escenas de este episodio, la aparición del Señor Chang. Que lo disfrutéis.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Crítica | "Bruc, el desafío", de Daniel Benmayor

De no habernos tocado dos entradas para asistir al preestreno de Bruc, el desafío, probablemente ni habríamos ido al cine a verla, seguramente nos habríamos fijado en otras opciones de la cartelera y, con casi total seguridad, la habríamos olvidado y no estaríamos escribiendo ahora esta entrada. Sin embargo, como nos invitaban al cine, decidimos no perder la oportunidad. La película pintaba bien y... bueno, ¡vaya decepción!

Empecemos por que nos proyectaron la versión doblada del film y hacía tanto tiempo que no veíamos una película así que el sonido nos parecía demasiado irreal, retocado y no sabíamos ya qué voces pertenecían a los actores y cuáles no. Recordemos que la cinta ha sido rodada en castellano, catalán y francés.

Bruc, el desafío desarrolla la historia del tamborilero de la batalla del Bruc que venció a las tropas francesas, regalándole así a Napoleón su primera derrota, y se centra en la búsqueda y captura posterior del joven, a cuya cabeza pone precio el mismísimo Bonaparte.
Ante esto, nuestras expectativas no eran demasiado altas respecto a la película. Nos esperábamos una entretenida historia de aventuras, apta para todos los públicos, y sin mayores pretensiones, especialmente cuando el director era el mismo de Paintball, Daniel Benmayor, y en eso no falla. Visualmente, Bruc cumple. Una fotografía correcta, bonitos paisajes, tomas aéreas... ¿Entretenimiento? Sí, la hora y media se pasa enseguida, casi sin que lo notemos, hay acción por todas partes y el ritmo es bastante bueno.
Sin embargo, el guión realizado por Patxi Amezcua y Jordi Gasull flojea por todas partes, especialmente en los diálogos, demasiado previsibles y faltos de profundidad alguna. Lo peor era  que nos avisaran de todo lo que iba a suceder: "Si peleas cuerpo a cuerpo, atento a su bota", y claro, cuando se pelean, los que no estamos atentos somos nosotros, que ya sabemos lo que va a suceder.

Lo mismo ocurre con sus personajes, tan superficiales y poco desarrollados, sobre todo en el bando de los malos, que no nos importan ni lo más mínimo. No hablaremos de las interpretaciones de Santi Millán y Vincent Pérez, porque como os decíamos al principio, difícil saber si sus voces eran de estudio o no, incluso fijándonos en los labios. Curiosamente, Juan José Ballesta es quien mejor se defiende en la versión doblada, aunque nos resulte plano y su papel tampoco le exija demasiado (y eso que es el protagonista).

Por otro lado, solemos estar en contra de los buenos que son demasiado buenos y los malos que se pasan de malos, nos gustan los matices, pero es que en este caso, los malos son idiotas, claramente. Mucha mala leche para hacer explotar el pueblo y querer matar a un niño y luego son condescendientes con el que es su mayor enemigo. A punto están de cazarlo en diversas ocasiones y no lo hacen porque se dedican a perder el tiempo y dudar demasiado, y lo mismo con su novia. ¡Venga ya, que sois los malos!

En definitiva, Bruc, el desafío es una película entretenida para un sábado por la tarde pero por la que no pagaríamos seis euros de entrada ni en broma. Mejor tomársela a risa y verla como tal, porque como te dispongas a verla esperando una buena historia épica, terminarás con un disgusto. Una pena, porque la historia resultaba bastante cinematográfica y se le podría haber sacado un jugo mucho más suculento.
Nota: 3/10
 

miércoles, 15 de diciembre de 2010

"Dexter" cierra una gran temporada, pero decepciona en su final

Nuestra serie favorita, Dexter, terminó su quinta temporada el pasado domingo y nos dejó a buena parte de sus seguidores con sabor agridulce. Por una parte, los guionistas han vuelto a superarse en esta quinta temporada, que como siempre ha ido de menos a más y que en su finale season consiguió transmitir altas dosis de tensión y suspense.

Sin embargo, la sombra del gran cliffhanger que nos dejó la cuarta temporada se ha extendido hasta el capítulo final de la quinta y el hecho de que todas las tramas quedaran tan bien cerradas nos decepcionó en cierto sentido, pero no nos engañemos, así han terminado todas las temporadas de Dexter, salvo la de Rita.

ATENCIÓN, SPOILER. Si no has visto la quinta temporada al completo de Dexter y no quieres enterarte de absolutamente nada de ella, te recomendamos que no sigas leyendo.

El problema es que Rita sólo puede morir una vez y que, realmente, la excepción la constituyó la cuarta temporada al dejarnos abierta una puerta. Hasta entonces, los finales de cada año habían sido como el del pasado domingo, habían dejado los cabos bien atados. Aún así, toda la tensión dramática de The Big One, que así es como se llama el episodio, nos supo a poco. Queríamos un final como el del año pasado. ¡Que Debra se hubiese enterado de una vez de quién es su hermano!

Por un lado, apenas podíamos respirar con normalidad cuando Debra llega al campamento de Jordan Chase. Por el otro, estábamos deseando que descubriera al fin el secreto de su hermano y se tuviera que ver en la tesitura de culpar a Quinn por salvarlo a él, pero nada de eso ocurrió, y quizás fue ahí cuando llegó nuestra decepción. Tuvimos demasiados minutos para relajarnos, demasiados momentos tiernos y, aunque permanecíamos a la espera de que en cualquier momento todo diera un cambio, no se produjo ningún giro argumental más. El final de Dexter nos pareció demasiado confortable.
De todas formas, no podemos definir toda una temporada sólo por el capítulo final y hemos de reconocer que en Dexter lo han vuelto a conseguir. Ya el año pasado elogiábamos a los guionistas por su capacidad para conseguir que cada año la serie fuera mejor que en la temporada anterior, pero este otoño lo tenían difícil, se habían marcado una meta muy alta con Trinity, y a pesar de la apropiada llegada de Julia Stiles (que ayer recibió una nominación  en los Globos de Oro por su papel en la serie), nada nos hizo olvidar la grandeza de John Lithgow, por mucho que intentáramos centrarnos en el personaje de Lumen.


Y es que Lumen no sólo le ha devuelto la vida a Dexter, sino que además le ha hecho descubrir (y a nosotros también), que nuestro asesino en serie no es ningún monstruo y que es capaz de amar y ser amado, y esa ha sido la gran revelación de este año. Ya lo había dicho en alguna ocasión Michael C. Hall que ni su personaje siquiera se conocía bien a sí mismo y en el primer capítulo de la quinta temporada comenzamos a observar este cambio.

A pesar de la marcha final de Lumen, Dexter le dedicó la que quizás sea la frase más romántica que ha pronunciado nunca: "Yo llevaré tu oscuridad junto a la mía". Nunca pensó que encontraría a su alma gemela y ahora que por fin lo hace, se marcha. Nosotros queríamos que se quedara, y eso que al principio no nos convencía eso de que viniera para sustituir a Rita, pero pensándolo bien, Dexter es un alma solitaria y que el año que viene hubiese seguido matando en pareja no nos habría hecho ni pizca de gracia.


Por otro lado, entre las diferencias que esta temporada presentaba frente a las anteriores resaltaba el hecho de que Dexter tendría que enfrentarse a múltiples enemigos, aunque al final resultase que todos ellos formaban parte del mismo equipo. Su hipocresía era terrible, sí, y no queremos ni imaginar lo que le harían pasar a aquellas mujeres. ¡Qué bien nos sentaban sus muertes!, pero de nuevo volvemos a lo de siempre: no han sido capaces de superar a Trinity, el mejor villano hasta ahora conocido en Dexter, al que más odio profesamos y al que nunca perdonaremos.


Otro de los enemigos ha sido Quinn, su olfato policíaco y su amigo Liddy. ¡Vaya la que le han liado a nuestro pobre Dexter! A punto han estado de descubrirlo y, si Quinn no es tan tonto como parece, sabrá perfectamente que fue él quien mató a Liddy (se suponía que iba para arrestarlo), pero como le cambió la muestra de sangre y está enamorado de Debra, para qué va a perseguirlo más. ¡Si Oakes levantara la cabeza!

¿Se enterará Debra alguna vez del secreto de su hermano? Quizás sea ése el próximo paso que Dexter tenga que dar en la aceptación de su propia persona, pero venga ya, el momento adecuado se ha pasado. ¿No los descubre por unos plastiquitos? ¡Qué casualidad! Conociendo a Debra, los habría hecho salir para verles la cara y saber qué tipos de personas eran. ¿Y si no hubiesen sido los justicieros, sino otro tipo de asesinos? ¿Qué sabía ella sobre dónde estaba metido Jordan?

Ya en temporadas anteriores, Debra había estado muy cerca de descubrir que Dexter era el hijo de la amante asesinada de su padre, pero con la muerte de Rita los guionistas se olvidaron de ese tema.


En definitiva, esta quinta temporada nos deja con sabor agridulce porque, a pesar de haber sido excelente de principio a fin, en su último capítulo no supo manejar la tensión correctamente, todo ocurrió demasiado rápido y, como en un mal polvo, nos dejó a medias. Una pena porque, de haber sido mejor, habrían bordado la temporada, aunque nunca, nunca, habrían superado a la anterior.

jueves, 9 de diciembre de 2010

La serie "Boardwalk Empire" no defrauda (crítica)

 Boardwalk Empire ha conseguido elevar, en su primera temporada, el nivel de calidad de la ficción televisiva. El 20 de septiembre se estrenaba en HBO su episodio piloto, dirigido por el mismísimo Martin Scorsese, productor también de la serie. Un solo capítulo bastó para que la cadena estadounidense se decidiese a renovar la ficción creada por Terence Winter (Los Soprano) y nosotros lo agradecemos.

El pasado domingo se emitió el último capítulo de esta primera temporada en Estados Unidos. Recordemos que Boardwalk Empire se sitúa en la América del inicio de los años veinte con la instauración de la Ley Seca. Enoch "Nucky" Thompson, el tesorero de Atlantic City está dispuesto a sacar beneficio de ello, ejerciendo por igual de político y gángster y manejando los hilos de este lugar de vacaciones situado al sur de Nueva Jersey.
Durante doce capítulos, Boardwalk Empire nos ha ofrecido un exquisito retrato de los felices años veinte que vivió la sociedad norteamericana. Mezclando realidad y ficción, nos hemos acercado a figuras  reales como las de Al Capone, Johnny Torrio o el republicano Warren G. Harding, presidente de los Estados Unidos entre 1921 y 1923, porque si algo nos ha permitido esta serie ha sido ver las dos caras del poder en aquellos años; la cara del político y la cruz del gángster y la corrupción, sin olvidar, claro, que hablamos siempre de la misma moneda.

Con el ritmo propio de una serie de un canal de cable, nos introducimos poco a poco en una historia que existía mucho antes de que entrásemos en ella como espectadores y vamos conociendo a los personajes. Al principio, estamos un poco aturdidos y nos perdemos ante tanta información, como quizás nos ocurría a muchos con The Wire, pero igual que con ésta, al terminar la temporada nos damos cuenta de que lo hemos comprendido todo y que los personajes que nos eran desconocidos y que parecían asustarnos, por ser extraños, son humanos y tienen temores, debilidades, pero son también ambiciosos, avariciosos, llenos de rencor, o lo que es peor, con ganas de venganza. Están bien construidos y son complejos.

ATENCIÓN, SPOILERS. Si no quieres saber absolutamente nada de la primera temporada de Boardwalk Empire te recomendamos que os saltéis los siguientes dos párrafos.
¡Qué gran final ha tenido Boardwalk Empire, al más puro estilo de El padrino, con discurso de fondo y la muerte de los hermanos D'Alessio! Y no sólo eso. Los republicanos llegan al poder y la influencia de Nucky llega más lejos de lo que incluso nosotros, conocedores ya de su fuerza, podíamos imaginar, pero es difícil mantener contento a todo el mundo, a pesar del dinero. Su propio hermano se revela contra él, desde la sombra, y también lo hace Jimmy, su protegido.

Los dejamos conversando, ajenos ya a su cuál será su plan, y mientras tanto los republicanos celebran su victoria. Margaret, quizás el personaje que más haya cambiado desde el inicio de la serie, se presenta ante Nucky en la fiesta y sí, bebe champán. Atrás queda su lucha contra el consumo de alcohol, se ha convertido en la perfecta pareja para el tesorero de la ciudad, capaz de persuadir a las mujeres respecto a su recién adquirido derecho al voto, de intercambiar favores por vestidos y de negarse a recibir un trapo en el pastel. Margaret se ha dado cuenta de que tiene más poder estando al lado de quien lo tiene todo.

Boardwalk Empire nos introduce en un mundo en el que la raza empieza a dejar de ser importante, aunque todavía lo sea; las mujeres conquistan derechos, a pesar de que los hombres jueguen con ellos; París es la ciudad soñada, con todo lo que ello conlleva, y el mundo empieza a ser otro.

FIN DE LOS SPOILERS. Podéis seguir leyendo con tranquilidad.
De los actores, podríamos decir mucho y, sin embargo, no nos extenderemos. Gran trabajo, por supuesto, de Steve Buscemi, que defiende con maestría el papel protagonista, pero también del resto del elenco. Ninguno de los que interpretan los papeles principales falla y el casting no podría haber sido mejor. Michael Kenneth Williams, Michael Pitt, Kelly MacDonald, Jack Huston o Michael Shannon son sólo algunos de ellos.

Y así dejamos esta primera temporada de Boardwalk Empire. Los bandos se van definiendo y ya veremos qué nos aguarda el próximo otoño, pero estamos seguro de que habrá mucho que hablar. Os recomendamos que la veáis ya, si aún no lo habéis hecho, y nos despedimos, no sin antes mencionar (porque lo merece)  el excelente trabajo del director Timothy Van Pattel (responsable de cuatro de los episodios y de otros de series como Los Soprano, The Pacific, Roma o The Wire) y la magnífica producción de esta serie. Decoración, vestuarios, música... nada tienen que envidiar a las grandes producciones de cine y consiguen trasladarnos a esos felices años veinte.

martes, 7 de diciembre de 2010

"The Big C", la gran Cathy (crítica)


Hace ya semanas que terminó la primera temporada de The Big C en Estados Unidos, la serie de Showtime de la que os hablamos a mediados de agosto y que constituyó el primer estreno de este curso. Ya entonces os contábamos el éxito que había tenido en su estreno, el mejor de la cadena en los últimos ocho años, y os la recomendábamos como serie a seguir en la  temporada de otoño.

Además, la comparábamos con Breaking Bad por esa gran C que tienen en común Walter H. White y Cathy Jamison, los protagonistas de ambas series. Sin embargo, si algo nos ha demostrado esta primera temporada de The Big C es que, precisamente, esa gran C que da título a la serie no es el cáncer, sino la excelente Cathy.

Y es que esta enfermedad no es más que una excusa para adentrarnos en la vida de una mujer que, un día, se da cuenta de que está cansada de ser quien es y decide romper drásticamente con todo aquello que no le permite crecer.

Atención, SPOILERS. Si no quieres enterarte de nada de la primera temporada de The Big C te recomendamos que no sigas leyendo.

De este modo, Cathy aleja a su marido, cuya ausencia es fundamental en esa búsqueda que nuestra protagonista realiza de sí misma; cambia la relación con su hijo, con quien quiere pasar cada momento de lo que le pueda quedar de vida; consigue que la desconocida vecina de enfrente se convierta en su mejor amiga; logra intimar con su hermano y hace las paces con la que un día fue su amiga del alma.


Y, mientras tanto, ante el temor a la muerte, continúa viviendo la vida. Conoce a un hombre que la adora y la trata tan bien, que pronto nos olvidamos de su marido; su médico se enamora de ella y le impide a su alumna Andrea, la única persona que decide abandonarla, que lo haga.

Durante trece capítulos, Cathy experimenta la vida de una forma tan directa que, al final, se da cuenta de que está preparada para soportar cualquier tratamiento si éste consigue que ella mejore, aunque se las haga pasar muy canutas. También la triste muerte de Marlene influye. Qué golpe tan duro y qué lástima que nos quedemos sin la magnífica Phyllis Somerville.

Cathy vuelve con su marido, quien le apoya y le da la fuerza que necesita, y le cuenta a su hijo sobre su enfermedad. Un hijo por el que se preocupa porque no llora, un personaje al que queremos zarandear en más de una ocasión para que espabile de una vez y que, con su despertar del último episodio, nos transmite unas terribles ganas de llorar.

Nos ocurre lo mismo con el marido, queremos tanto a Cathy que la entendemos en cada paso que toma. Si decide dejar a su marido, ¡por algo será! ¿Que se acuesta con otro? ¿Y por qué no? ¿Que lo deja a él y vuelve con el marido? Pues bueno, habrá que aceptarlo y, con el paso de los episodios, ¡ya os digo yo que sí lo hacemos! Incluso si al final de la temporada hubiese decidido abandonarlo todo y huir con su médico, la habríamos querido igual.


The Big C terminó hace algunas semanas en la televisión estadounidense y nos dejó con un vacío hasta la próxima temporada, porque sí, ya ha sido renovada. Podría haber terminado aquí y, de hecho, ante el giro de la trama en los capítulos finales nos preguntamos qué camino tomarán los guionistas el año que viene. Esperaremos con ansias su regreso.

lunes, 29 de noviembre de 2010

"The Good Wife", mucho más que un procedimental

No le prestamos mucha atención a The Good Wife cuando presentamos las nuevas series de la CBS la pasada temporada. Su argumento, a priori, no nos pareció nada destacable y la relegamos al cajón de las olvidadas sin volver a pensar en ella. Sin embargo, con la llegada del otoño y el comienzo de la temporada presente, comenzamos a leer más y más recomendaciones en las distintas redes sociales y nos animamos a darle una oportunidad.

The Good Wife relata el regreso de Alicia Florrick al mundo laboral tras el escándalo sexual y de corrupción política en el que se ve envuelto su marido Peter. Dejando a un lado la humillación pública a la que se ve sometida, Alicia vuelve a ejercer de abogada en la firma Stern, Lockhart & Gardner, del que es socio Will, su antiguo compañero de Georgetown.

Tras su paso por Urgencias, donde interpretó el papel de la enfermera Carol Hathaway durante seis años y 135 episodios, Julianna Margulies apareció en diferentes series, tv movies y películas de cine hasta conseguir el papel protagonista de The Good Wife, drama emitido por la CBS. Junto a ella, Mr. Big o, mejor dicho, Chris Noth (que interpreta al marido, Peter Florrick) y, al otro lado, Josh Charles / Will Gardner.
Estos tres personajes conforman un triángulo amoroso como pocos hemos visto, donde la tensión sexual es latente en cada episodio y donde la opinión pública y las buenas apariencias parecen tener la última palabra, a pesar de que Alicia se come con la mirada a Will en cada una de sus escenas juntos.

Porque sí, Alicia (la buena esposa, la gran abogada) es la protagonista indiscutible de este drama en el que el adjetivo de procedimental resulta tan sólo un adorno. Que sí, que sus capítulos son autoconclusivos en cuanto a los casos que llegan a Stern, Lockhart & Gardner y que se resuelven en un mismo episodio, pero la trama de fondo es mucho más importante y nos interesa más que todos los juicios. Por lo general, en los procedimentales, el argumento que se mantiene a lo largo de la temporada es una excusa para viajar de caso en caso. En The Good Wife ocurre, más bien, al contrario.

E insistimos, Julianna Margulies hace un trabajo excelente en esta serie y tiene más que merecido el Globo de Oro a la Mejor actriz que le otorgaron el pasado año. Sus intervenciones en los juicios nos proporcionan algunos de los mejores momentos de la serie y su personaje de Alicia, gracias al trabajo de la actriz y de los guionistas, ha crecido, evolucionado y cambiado desde que comenzara The Good Wife. Lejos de ser un personaje plano, tiene capas y capas en las que adentrarse.
Claro que la calidad de The Good Wife no reside únicamente en Margulies, porque el resto del elenco no tiene nada que envidiarle. Archie Panjabi, que ganó el Emmy a la Mejor actriz secundaria de drama, es la antítesis perfecta de Alicia en el papel de Kalinda Sharma. También Christine Baranski, de la que me encanta su risa y que también estuvo nominada en esta categoría, nos ofrece una fantástica interpretación de la demócrata Diane Lockhart.

Matt Czuchry lo borda en su papel de Cary Agos, el compañero / rival, el niño bueno, niño malo. Y, por supuesto, Josh Charles / Will Gardner, quien nos hace desear que Alicia le sea infiel de una vez a su marido y se lie con su jefe, de quien nos dicen que no es tan bueno como parece y de quien, sin embargo, nosotros no queremos creerlo.

Si os gustan los dramas, los triángulos amorosos, Mujeres desesperadas, las series de juicios y abogados, Chris Noth o Julianna Margulies, no lo dudes y descárgatela ya. En Estados Unidos van por el octavo capítulo de la segunda temporada y ahí nos han dejado, con un parón de varias semanas. Tú que aún no te has enganchado, aprovechálas para hacerlo y luego nos cuenta si te ha gustado. Nosotros, mientras tanto, seguiremos contando los días para su regreso.

Imágenes | Spoiler TV

martes, 23 de noviembre de 2010

Crítica | "Entrelobos", de Gerardo Olivares

El próximo viernes se estrena en nuestros cines Entrelobos, la última película de Gerardo Olivares, protagonizada por Juan José Ballesta, Sancho Gracia, Carlos Bardem y Manuel Camacho. Como ya os contamos, la semana pasada tuvimos la oportunidad de acudir a la rueda de prensa celebrada en Sevilla para presentar la película y también asistimos al pase de la misma.

Entrelobos cuenta la historia real de Marcos, un chico que vivió durante 12 años aislado en el corazón de Sierra Morena junto a una manada de lobos, después de que muriera el cabrero al que su familia lo entregó para que lo cuidara cuando era niño. Marcos nunca consiguió adaptarse a la sociedad y, desde entonces, su sueño fue siempre volver a vivir… entre lobos.

No se equivocaba Gerardo Olivares, que para eso es su director, al definir su película como "una historia de amor entre Marcos y la naturaleza", y yo añadiría que más concretamente entre Marcos y uno de los lobos. La escena final de ambos es tan conmovedora y desgarradora, a la vez, que resulta prácticamente imposible que no afloren las lágrimas.
El realizador cordobés, responsable también del guión de Entrelobos, dirige con gran maestría una película en la que en ningún momento se desvía nuestra atención. La emoción está presente en cada momento y, lejos de convertirse en un aburrido documental, la cinta constituye una historia de aventuras en la que el espectador pasa a convertirse en actor del filme. Sentimos las lágrimas y las sonrisas de Marcos, pasamos frío y hambre con él y el miedo nos invade cuando el protagonista corre algún peligro.

¿Qué decir de Manuel Camacho? El pequeño de diez años se desenvueve como pez en el agua ante la cámara de cine y actúa con tal naturalidad que cualquiera diría que lo lleva haciendo toda la vida. Nada tiene que ver el actor con la, también, jovencísima Nerea Camacho, pero va camino de seguir su estela como Mejor actor revelación del año.

A Juan José Ballesta apenas lo vemos en los últimos minutos de la cinta, pero su intervención resulta vital para comprender en qué se convirtió Marcos tras 12 años en el bosque. El actor de El Bola regresa al cine para interpretar un interesante papel y con su mirada transmite la madurez que ha alcanzado. Su aparición es breve pero intensa, como se suele decir.
Sin embargo, no cabe duda de que la gran baza de Entrelobos la constituye su deliciosa fotografía. Los 14 meses de trabajo de la unidad de naturaleza han conseguido aderezar esta película con bellas imágenes que dotan de realismo a la historia y deleitan al espectador. Además, destaca el trabajo realizado en el montaje de la película para encajar estas imágenes con las de ficción. Si a todo ello le añadimos la envolvente música de Klaus Badelt, entonces nos quedamos sin palabras para seguir hablando.

Entrelobos es una bonita historia que nos hace plantearnos el tipo de sociedad en que vivimos, lo alejados que estamos de la naturaleza y los animales, que nos transmite un bello mensaje y que nos hace valorar el mundo salvaje que nos rodea. Entrelobos es una película para todas las edades que consigue llegarnos al corazón y que deberíais apuntar ya en vuestra lista de "pendientes". Recordad, su estreno se produce este viernes 26 de noviembre.

Nuestra puntuación: 9 / 10.

martes, 16 de noviembre de 2010

"De dioses y hombres", estreno el 14 de enero (crítica)

Hace sólo unos días que finalizó el Festival de Cine Europeo de Sevilla, pero algunas de sus películas ya tienen distribuidora en España. Otras, como De dioses y hombres, cuentan incluso con fecha de estreno desde antes del inicio del certamen. En el caso del film dirigido por Xavier Beauvois, que llegará a España el 14 de enero. La cinta, además, está preseleccionada por Francia para representarla en los Oscar.

Un monasterio en las montañas del Magreb en los años noventa. Ocho monjes cistercienses viven en perfecta armonía con la población musulmana. Un grupo de fundamentalistas islámicos asesina a un equipo de trabajadores extranjeros y el pánico se apodera de la región. El ejército ofrece protección a los monjes, pero éstos la rechazan. ¿Qué deben hacer? ¿Irse, quedarse? A pesar de la creciente amenaza, empiezan a darse cuenta de que no tienen elección y deben quedarse, pase lo que pase. La película se basa a grandes rasgos en la vida de los monjes cistercienses del Tibhirine, en Argelia, desde el año 1993 hasta su secuestro en 1996.
Aunque la película trata de capturar el espíritu de estos acontecimientos, su intención no es la de recrear con exactitud la realidad histórica del suceso. Su ritmo, acorde al modo de vida de un monasterio cisterciense, describe la cotidianidad de estos monjes, su entrega hacia el pueblo vecino y trata de transmitir al espectador el mensaje de paz que éstos desean.

La vida de los monjes cistercienses se ve reflejada con gran fidelidad en el film. Aunque optan por el silencio la mayor parte del día, los cantos son una parte esencial de sus rezos, de ahí que los monjes se pasen la mayor parte del día cantando.

El momento de reflexión en que se ven sumergidos los monjes protagonistas de esta cinta cuando deben decidir si irse o quedarse ante el peligro que les acecha, también se le presenta al espectador. En ocasiones, los silencios se hacen demasiado largos, aunque afortunadamente su bella fotografía nos permite relajarnos y disfrutar de las imágenes del campo y de los quehaceres diarios de los monjes.
Su tranquilidad se ve interrumpida con la irrupción de los fundamentalistas islámicos en el monasterio, únicos momentos en que el realizador Xavier Beauvois se permite cambiar el ritmo de la acción.

Antes de terminar, cabe destacar la inmejorable escena de la cena que los monjes comparten con El lago de los cisnes de fondo. Excelentemente planificada, consigue transmitir una gran emoción al espectador.

Finalmente, De dioses y hombres es una película que merece la pena ver, que consigue transmitirnos un gran mensaje conciliador y que nos hace reflexionar sobre el mundo en que vivimos. Puro cine europeo

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Comprueba aquí la lista de participantes del sorteo Generación Millenium
 

jueves, 28 de octubre de 2010

Crítica | "Hispania", la nueva serie de Antena 3

El lunes pasado se estrenó Hispania, la nueva serie de Antena 3. Dejando a un lado la polémica guerra de la contraprogramación y las audiencias entre la cadena de Planeta y Telecinco (que emitía su tv movie de Felipe y Letizia), quise esperar a ver el segundo capítulo para emitir una opinión.

Atención, SPOILER. Si no has visto los dos primeros capítulos de Hispania, te recomendamos que no sigas leyendo.

La serie ha provocado opiniones dispares entre los espectadores y, sinceramente, a mí me ha costado organizar mis ideas. Empezaré por decir que, en comparación con el resto de ficciones que tenemos en la televisión española, Hispania es un producto que está por encima. Dicen que es una superproducción y, eso, se nota.

Claro que, si lo comparamos con las series realizadas en otros países como Gran Bretaña o Estados Unidos, entonces nuestras percepción cambia, y ése es el problema con que se puede encontrar Hispania. Nos han querido vender la serie como un producto de gran calidad, pero los espectadores españoles nos estamos educando con otro tipo de ficciones internacionales que nos ofrecen un tratamiento de la imagen espectacular, grandes vestuarios y, sinceramente, también mejores historias, pero volvamos a Hispania.
En muchos casos, no es que los actores estén sobreactuados, sino que sus voces parecen de estudio, como si estuviesen doblados y suenan irreales. A esto, además, le podemos sumar un mal uso del ritmo. En el primer capítulo, por ejemplo, la arenga pronunciada por Lluís Homar a sus hombres no transmite absolutamente nada. Falta algún contraplano que nos muestre la cara de orgullo del ejército, alguna pausa, y eso que estamos hablando del mejor actor, con diferencia, de la serie. Un actor que está inmejorable en todas sus escenas, por lo que quizás el problema radique más en la dirección que en la interpretación.

¿De qué más nos podemos quejar? Pues en el primer capítulo, de la batalla en la que los romanos aparecen de no se sabe dónde, de que los hispanos se autodenominen a sí mismos "hispanos", de que la ropa esté impoluta, el pelo limpio y brillante, de una sangre digitalizada que salta y brilla en cada puñetazo (vamos, que ni en 300)...

Sin embargo, a pesar de todo ello (o quizás por la suma de todo ello), a mí hay algo más que en Hispania no me ha terminado de convencer. Tras dos capítulos, no me engancha y sus personajes me dan igual. ¿Queréis saber cuál fue la muerte que más me dolió, por decirlo de algún modo? Ni la niña ni los ¿miles, cientos? de hispanos arrasados por los romanos, sino el caballo, que no tenía culpa de nada.
Entiendo que cogerle cariño a los personajes lleva tiempo y que dos horas es poco para que sus vidas me importen lo más mínimo, pero en el primer capítulo me aburrí (¡y eso que al fin una serie dura sólo una hora y no tenía publicidad!) y el de anoche, afortunadamente, se me hizo algo más corto (ya veremos qué ocurre cuando empiecen los cortes publicitarios).

Quizás si Hispania estuviese rodada en 35mm (que creo que no lo está), nos transmitiría una mejor impresión de calidad. Sin embargo, a pesar de todo lo dicho, yo confío en que mejore con el tiempo. Sinceramente, no creo que revolucione la ficción nacional, pero como decía al principio, está por encima del resto. 

Eso sí, el rigor histórico brilla por su ausencia. Dejando a un lado que los hispanos no fueron "hispanos" hasta estar bien romanizados, no tiene sentido alguno que uno de ellos se llame, por ejemplo, Paulo (nombre romano), ni que digan que "Aníbal sí que se lo montó bien". Algunos se quejan de que Juan José Ballesta interpreta el papel de un macarra en el siglo II a.C., pero el problema radica más bien en el guión que en el trabajo del actor.

¿Debemos bajar el listón por tratarse de una producción española? Pues, en mi opinión, ésa es una decisión que depende de cada uno. En España, de momento, es lo que tenemos y si queremos ver nuestra televisión, tendremos que conformarnos. Sin embargo, si no exigimos más a las cadenas, quizás no mejoren o quizás retiren sus series y pongan otro tipo de programas mejores o peores. Yo, de momento, pienso darle alguna otra oportunidad (no sé por cuánto tiempo).

Y, a vosotros, ¿qué os ha parecido Hispania?

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