La cinta encargada de clausurar la SEMINCI de este año, El último bailarín de Mao, ya tiene fecha de estreno en España: el 17 de diciembre. La cinta, dirigida por Bruce Beresford, está basada en la verdadera historia de Li Cunxin y adaptada de su exitosa biografía.
El último bailarín de Mao cuenta cómo, en pleno caos de la Revolución Cultural china, Cunxin tuvo que dejar a los suyos, una familia de campesinos, para embarcarse en un asombroso viaje que acabó encaminándole hacia la libertad y el triunfo personal. La historia de Li se desarrolla en un momento en que China estaba emergiendo de la gran visión de Mao. No podía ser mejor momento para que Li Cunxin descubriera Occidente, y para que Occidente descubriera a Li Cunxin, que demostró su gran talento como bailarín clásico. Sin embargo, para ello Li tuvo que lidiar con el castigo que le impuso el desconfiado gobierno chino tras su deserción a Estados Unidos.
Todo empezó cuando, hace seis años, el guionista Jan Sardi le recomendó a la productora Jane Scott que leyera el libro Mao’s Last Dancer, la exitosa autobiografía de Li Cunxin. "Los dos nos apresuramos a devorarlo, pero antes incluso de llegar a la mitad, sabíamos que queríamos hacer una película, recuerda Jan Sardi. Él y Jane habían colaborado entonces con éxito en dos películas anteriores, la oscarizada Shine: El resplandor de un genio y Love’s Brother.
"Jan Sardi era el guionista ideal, porque tiene un don para simplificar las historias en un estilo visual, o al menos en un estilo que el director puede usar como materia prima para recrear su propia visión. Además, Jan no deja que la calidad literaria se interponga en el proceso. Bruce Beresford era el director perfecto para la película por la misma razón, porque es muy bueno interpretando historias."(Jane Scott)
Para Beresford, nominado dos veces al Oscar, el guión resultó irresistible: "Podría describirse como otra historia más de superación, de las que abundan en la historia del cine, pero el caso de Li Cunxin es más extremo porque él provenía de un mundo de grandes privaciones en un país con un régimen totalitario, y esforzarse por salir de ese mundo y adquirir fama internacional como bailarín es tremendamente difícil".
Una vez decididos el guionista, la productora y el director faltaba uno de los ingredientes más importantes: el reparto y, concretamente, el actor que interpretaría a Li Cunxin. Sin embargo, la dificultad por encontrar a un bailarín de ballet fuera de serie, joven y atractivo y capaz de interpretar un papel complicado en dos idiomas, mandarín e inglés, resultaba excesiva. “¿Existirá alguien así?”, se preguntaba Beresford, pero se pusieron manos a la obra y encontraron a Chi Cao, del Birmingham Royal Ballet. Además, Chengwu Guo interpretaría a Li de adolescente y Huang Wen Bin de niño.
El siguiente reto fue rodar en China y por eso Jane Scott invitó a la veterana productora china Geng Ling a participar del film como coproductora: "Sabía que para rodar en China íbamos a necesitar un coproductor chino, y yo necesitaba uno que me inspirara respeto y que entendiera el proyecto. Geng Ling era sin duda la persona ideal para trabajar conmigo en esta película (...) y consiguió cosas que de otra manera habrían sido imposibles, como elegir las mejores localizaciones y a miembros clave del equipo técnico".
Tras varias semanas en China, la producción se desplazó a Houston (Estados Unidos) y a Sidney (Australia). Algunas de las secuencias más complicadas de rodar fueron las de Li Cunxin bailando con el Houston Ballet. "Aunque sólo aparecen secuencias cortas de los ballets sobre el escenario, había que montarlas como un ballet completo. Tenían que ser producciones profesionales convincentes", explica Jane Scott.
Por otro lado, el compositor Christopher Gordon empezó a trabajar en la película meses antes de que empezara el rodaje. Escribió tres piezas originales de ballet, orquestó piezas de repertorio como Giselle y El lago de los cisnes y dirigió la orquestación durante el rodaje. "La música es consustancial a esta película -explica- y debido a que participé en el largo proceso de preproducción y a que pasé tanto tiempo en el rodaje, cuando llegó la hora de componer la música tenía la película metida en las venas".
Con todo esto, El último bailarín de Mao se convierte para nosotros en una de las películas más esperadas del año. Su estreno se producirá el 17 de diciembre, aunque en Valladolid tendrán la suerte de verla estos días. Si estáis por allí, estaremos encantados de recibir vuestras opiniones.
4 comentarios:
A mi ( y no creo que sea el único) me recuerda bastante a Billie Elliot. pero tiene muy buena pinta
Sí, a mí me dio la misma impresión cuando leí el título, pero creo que su parecido puede ser sólo superficial. Yo tengo muchas ganas de verla :)
es una gran película. tierna, estremecedora, emocionante. no tiene sentido hablar de si es una gran película o no, que tal parece que siempre tiene que ser la cuestión. me ha hecho llorar y para mí es suficiente.
Gracias por tu comentario, me alegro de que te haya gustado tanto :)
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