Como ya todos sabemos, el año 2009 ha sido el más favorable económicamente para el cine español (tanto para productores como para distribuidores). En el primer caso, se achacó a las grandes producciones taquilleras que se han llevado a cabo (léase Fuga de cerebros o Mentiras y gordas), películas que imitan a los guiones hollywoodienses en muchos sentidos y que llamaron la atención de un público que parecía perdido para el cine español: los jóvenes. En el segundo caso, el de los distribuidores, se vio claro que la razón del éxito se debió a la implantación del cine en 3D, llamado a devolver la audiencia a las salas.
Sin embargo, por otro lado nos encontramos con el caso de Celda 211, un film sencillo, que narra una buena historia, que tiene grandes giros argumentales y que, en cambio, no destaca precisamente por ser una super producción al estilo Ágora. Pues bien, esta película -dirigida como ya sabemos por Daniel Monzón- se mantiene todavía en las taquillas españolas tras dieciséis semanas.
Tras su éxito en los Goya, donde obtuvo ocho estatuillas, el fin de semana pasado experimentó una subida del 143% en el número de espectadores, posicionándose así como la película más taquillera después de Ágora con 12 millones de euros de recaudación.
Se trata, sin lugar a dudas, de una gran noticia para los amantes del buen cine, ya que nos demuestra -una vez más- que no es necesario recurrir a grandes efectos ni a espectaculares decorados para acercarse al gran público. A veces, se puede hacer una buena película que agrade tanto al listillo como al de las palomitas.
Ya sabéis, Celda 211 sigue en cines. Si no la habéis visto, éste es el momento.
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