viernes, 19 de noviembre de 2010

Crónicas de Tannhäuser: Casino




“La ciudad no volvió a ser la misma. Después de aquella época las grandes
corporaciones se hicieron con todo. Hoy parece Disneylandia.”


Sam ‘Ace’ Rothstein, Casino





Pocas películas pueden d
ejarte tan boquiabierto como Casino. Es una de esas películas que en cuanto terminan y te dicen que ha durado tres horas respondes que no te has dado ni cuenta. A mí me gusta más que Uno de los nuestros, otros tantos estarán en desacuerdo conmigo aunque la verdad es que son dos magníficas películas. Casino, sin embargo, sería la hermana mayor, gozando así de una mayor producción, espacios más amplios, luces más brillantes, más fajos de billetes y bueno, un Joe Pesci de gatillo fácil, en eso no cambia.

Aunque la película se estrenó en 1995, sus orígenes se remontan a 1980, cuando el escritor Nicholas Pileggi leyó un reportaje sobre Frank “Lefty” Rosenthal y su esposa Geri McGee en la revista Las Vegas Sun. La entrevista mostraba el nidito de amor de ambos personajes, cosa que llamó la atención a Pileggi al observar el lujo que envolvía la figura de Lefty Rosenthal. Indagando en su historial se encontró con múltiples sorpresas, entre ellas, que fue un pionero de las apuestas en Chicago, más tarde se trasladó a Miami donde se labró una reputación que le permitía codearse con prominentes personalidades, coleccionando también decenas de acusaciones por amaño de partidos y sobornos varios. Rosenthal era más que escurridizo, consiguiendo salir impune de todas las acusaciones, entre otras cosas, gracias a invocar la Quinta Enmienda en 37 ocasiones.

Rosenthal llegó a la cima en Las Vegas, dirigiendo en secreto cuatro de sus más célebres casinos, amasando una fortuna y convirtiéndose en el Rey Midas del oeste americano. Pileggi comenzó a escribir la novela basada en Rosenthal, no sin antes hablar con su amigo Martin Scorsese, el cual la describió como: “Una idea de éxito seguro a la que no se le pueden poner limitaciones”. Una vez editada la novela, Pileggi y Scorsese se pusieron manos a la obra con su adaptación a la gran pantalla, consiguiendo finalizar el guión en cinco meses y tener el rodaje a punto de caramelo en 1994.

Vayamos al grano. Casino es una historia de una subida a los cielos y una caída en picado a los infiernos protagonizada por un Robert De Niro (Sam ‘Ace’ Rothstein) estelar. El film se compone por la unión de varias tramas que se cruzan entre sí, narradas en voz off cual si fuera un pseudo-documental. Ace es el mejor corredor de apuestas de Las Vegas y también un hombre de confianza para la mafia a la hora de manejar los ríos de dinero que se mueven en los casinos de la ciudad del pecado. Una vez tomado el mando del Tangiers, Ace conocerá a Ginger (Sharon Stone), una buscavidas de la que se enamorará perdidamente y con la cual formará una familia aún sabiendo que esa relación no tendrá ningún futuro. Mientras tanto, Nicky Santoro (Joe Pesci) llega a la ciudad mandado por la mafia de Chicago para echar una mano a Ace, sin embargo, la facilidades que la ciudad otorga a los delincuentes para delinquir y ahogarse entre billetes le llevarán a un punto de descontrol enfermizo. Las torturas, tiroteos y cadáveres que cada noche se entierran por doquier en el desierto de Nevada harán peligrar el negocio del casino. Por otro lado, Ace luchará diariamente por conservar su matrimonio con Ginger y esquivar el continuo seguimiento del FBI sin saber que la amenaza proviene de su propio bando.


Para los que no sean amantes de los largos travellings de Scorsese, su ostentosa y barroca dirección, o las escenas de violencia desenfrenada, mejor que no vean este film. De hecho, la crítica se le echó encima al director por la extrema violencia que hay en el film, como también le pasó con Taxi Driver, Uno de los nuestros, El cabo del miedo, etcétera. La historia es cruda y visceral, apuntando a los puntos más bajos de las emociones humanas, protagonizada por un personaje que se nos presenta casi como una deidad que convive entre serpientes.

El film no deja a nadie indiferente y arranca con un martillazo sobre la mesa firmado por el inmenso Saul Bass. En la apertura del film nos topamos con una de las mejores secuencias de créditos de Bass, en la que Ace salta por los aires rodeado de llamas tras arrancar su Cadillac Eldorado del 81. En un principio el arranque iba a estar protagonizado por una enérgica discusión entre Sharon Stone y Robert De Niro, no obstante, la idea que Saul Bass presentó a Scorsese fue sencillamente brillante, pudiendo anticipar el punto culminante de la trama y facilitando la hoja de ruta al espectador; “Aquella imagen era la de un alma lanzada directamente hacia las llamas del infierno”, dijo Scorsese sobre la secuencia. Desgraciadamente esta fue la última secuencia en la que Saul Bass trabajó, ya que falleció pocos meses más tarde del estreno de la película. Siempre quedarán en la memoria sus magníficos trabajos en películas como Vértigo, Psicosis, Anatomía de un asesinato o el Cabo del miedo.

Pero lo asombroso de la película reside en la extremada complejidad de su forma. El film, está compuesto por unas cinco tramas que se combinan entre sí. Éstas están narradas por varios personajes que compilan uno de los más bastos trabajos de la voz en off que se hayan visto. Sí, rebosa la violencia en el film, tanto en las palabras (dicen la palabra 'fuck' 398 veces) como en las actuaciones de todo el elenco, pero Casino no es sólo eso, sino un entramado de historias que confluyen en un mismo lugar, narradas por diversas voces, protagonizadas por decenas de personajes que nos muestran las sucias entrañas de uno de los negocios más lucrativos que existen. Gran parte de la culpa del éxito de Casino lo tiene la montadora Thelma Scheonmaker, responsable de haber editado la mayoría de films de Scorsese (y haber tenido el valor de aguantarlo) y ser además la segunda montadora más laureada de los Oscar (tras Michael Kahn). El ritmo que el montaje infiere a la película es trepidante aún siendo inundados por una ahogante cantidad de información, de hecho, se nos regalaran pocos momentos de silencio en el film y puede que a alguno le entren ganas de partir el DVD en dos si no es muy amigo de la voz en off.


Mención especial se merece la brillante (literalmente hablando) fotografía de Robert Richardson, junto con un increíble y recargado trabajo de arte llevado por Jack G. Taylor Jr. que sirvió para situar a ambos como referentes mundiales dentro de sus respectivos campos. Casino recrea perfectamente la atmósfera de un casino repleto de neones, luces y color, introduciéndonos en un mundo que no cesa en las 24 horas, un lugar donde no existe ni la noche ni el día.

El poder, el juego y el dinero serían los tres pilares fundamentales de la trama. Todos sus personajes se mueven en torno a ello, específicamente el personaje que interpreta Robert De Niro. Ace hace de su negocio una religión donde meticulosidad y control serían las claves de su filosofía de vida, inmerso en una absorbente rutina que le impide disfrutar de su trabajo, lo cual le distancia irremediablemente del mundo real. Su papel vuelve a ser sobresaliente, acercándose al realismo más crudo, mostrando la desgracia de un personaje capaz de estar en el cielo y en el infierno al mismo tiempo. Además, si fijamos la mirada en 1995 repararemos en que De Niro no sólo firmó una espléndida interpretación en Casino sino que poco más tarde cerraría el año con una grandísima película como Heat, donde compartiría cartel con Pacino en una de las mejores películas de acción de los noventa... sí, ya no se hacen películas como las de antes.


El resto del elenco se completa con la aparición de una bellísima Sharon Stone que hace sin duda uno de los mejores papeles de toda su carrera, aunque significativamente similar al de Michelle Pfeiffer en Scarface. Ambos personajes provienen de lo más bajo y logran conseguir lo máximo, lanzándose a toda clase de vicios y dando muestras de un claro carácter autodestructivo, de todos modos, las dos cuajan dos grandes interpretaciones. Por último mi preferido, el más liante de todos, un personaje que sabes que terminará por destrozarlo todo, ese es Joe Pesci aunque en la película le llaman algo así como Nicky Santoro. Si después de ver Uno de los nuestros te pones Casino probablemente tengas la impresión de que estás viviendo un déjà vu. Joe Pesci lleva a cabo el mismo papel, lo suyo es ser una apisonadora, destruir todo lo próspero y bello que haya en su camino. Pesci da razones suficientes para ser repudiado por todos, aunque para algunos (yo, por ejemplo) es la salsa de la película, un personaje capaz de arrancarte una sonrisa para hacerte añicos el alma en un abrir y cerrar de ojos. Seguro que nadie olvidará la escena del torno o la del bolígrafo, bestial.

Finalmente Scorsese nos invita a la reflexión con la frase que encabeza este análisis, apelando a la nostalgia, apegándose al pasado, a lugares que antaño estuvieron fuera de la ley, turbios pasajes de la historia que han dado fruto a innumerables historias. Casino fue la última gran película de Scorsese, tras ella ha logrado culminar trabajos notables y no tan notables, pero ninguno al nivel de las anteriormente citadas. Curiosamente hace pocos meses tuve la oportunidad de leer una entrevista en la que el mismo director añoraba los viejos tiempos recurriendo a la típica frase de; “Las historias y los personajes de hoy no son como los de antes.

Como diría Pesci, jodidamente brillante.


1 comentario:

Jon Ander Tomás dijo...

Es genial esta película. Divertida e interesante. Sí señor.Por no hablar de Robert de Niro. Estoy muy de acuerdo contigo.
Gran entrada.

Jon
www.universocinemaniaco.com

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